Este miércoles la canciller alemana Angela Merkel, se acordó con los gobernadores locales el endurecimiento de las restricciones a nivel nacional. Espacios cerrados de todo el país tendrán que cerrar desde el próximo lunes hasta el 30 de noviembre. En los que incluyen el cierre cines, teatros, salas de conciertos, gimnasios, piscinas y otras instalaciones deportivas para aficionados.

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El objetivo de las restricciones es “evitar una emergencia sanitaria nacional”, ante el avance de la pandemia.

Recomendaciones como: reducir al mínimo las reuniones con personas con quien comúnmente no se convive, evitar todo viaje no esencial, incluidos dentro del país y visitas familiares, el alojamiento turístico queda restringido a partir de noviembre, a fines necesarios como viajes de negocios obligatorios, emitidas por las autoridades en este nuevo confinamiento.

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Las reuniones quedan limitadas con un máximo de 10 personas, los colegios y guarderías seguirán funcionando, las tiendas también podrán permanecer abiertas con medidas que permitan la entrada a un cliente por cada 10 metros cuadrados.

El propósito del Ejecutivo es lo que en medios alemanes se ha denominado “romper la ola” de nuevos contagios, ya que hoy se reflejaron en un nuevo máximo diario de 14.964 nuevos positivos de COVID-19 y 85 fallecidos en las últimas 24 horas en Alemania, según el Instituto Robert Koch.

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Este es un cierre más “LIGERO” a comparación de la primera ola de la pandemia, entre marzo y abril, cuando quedó desactivada toda la vida comercial y escolar, gastronomía y ámbito cultural o deportivo en Alemania.