VECINA CHISMOSA LOGRA COMPRARSE DOS CASAS VENDIENDO LOS CHISMES DE TODA SU COMUNIDAD

Entre sus apuntes figuran evidencias de infidelidades, mentiras y disputas que cruzan las puertas cerradas de los hogares del barrio. Ese chisme era de 700 mil pesos colombianos. Miryam no teme hablar de un caso específico: “Por ejemplo, había un policía que tenía una familia y además un amante.

El hombre me pagó para que no lo contara, porque se le iba a acabar el hogar”, confiesa con una risa cómplice. “Cinco mil pesos el chisme flojito, diez mil si es jugoso”, anuncia sin inmutarse., en una declaración que se volvió viral.

La economía de la información se vuelve palpable en sus manos, como un jarrón lleno de monedas y billetes que ella saca a relucir, mostrándolo con el orgullo de quien ha trabajado duro para llenarlo: “Aquí está lo que me hago en la semana, toda esta plata a punta de meros chismes”. Los chismecitos flojitos, a cinco mil; los buenos, a diez mil pesos colombianos. Entre rumores de romances secretos, infidelidades, conflictos familiares y secretos de barrio, logró comprar dos casas. Para ella, un buen chisme se construye con pruebas.

Con su libreta recolecta información que luego vende con éxito A las 6 de la mañana, Miryam, una mujer colombiana de 67 años, ya está en pie con su libreta en mano. Ella misma lo confiesa con orgullo y sin modestia: “A punta de chismes es que me he comprado mis dos casitas”. La brisa de Armenia, en el Quindío, acaricia las calles del barrio mientras ella se instala en su silla habitual, lista para su jornada de “negocios”.

Con una memoria prodigiosa y un oído fino, Miryam logró construir un imperio con una habilidad que muchos desprecian, pero que ella supo transformar en un arte rentable.

Algunos vecinos, cuyas historias han salido a la luz, la ven con recelo y temor, conscientes de que un desliz podría costarles caro, tal vez incluso su hogar. Al final del día, su libreta es una recopilación de la vida misma, un reflejo de amores y desamores, traiciones y secretos que no pueden escapar a su mirada inquisitiva.

Entre cada susurro y secreto, Miryam ha tejido una red de información que le permite no solo sobrevivir, sino prosperar en un mundo donde la verdad, y a veces la mentira, tienen precio. Su éxito como informante le permitió ganarse el respeto y la envidia de muchos vecinos dl barrio.