La alimentación saludable, más allá de la comida.

Es muy habitual encontrar decenas de anuncios de charlas sobre alimentación saludable en Internet y en establecimientos sanitarios. Algunas de ellas son impartidas por nutricionistas; otras, por médicos y expertos en hábitos alimenticios en general. 

De hecho, los estudios que relacionan las muertes con una dieta poco saludable son cada vez más abundantes. Un artículo de la revista científica The Lancet, por ejemplo, afirma que en 2017 hubo 11 millones de muertes relacionadas con una mala alimentación. 

Es importante conocer algunos datos sobre este tema que la Organización Mundial de la Salud ha puesto sobre la mesa y que llevan a la reflexión: 

• Una dieta saludable ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer. 

• En todo el mundo, las dietas poco o nada saludables y la falta de actividad física se encuentran entre los principales factores de riesgo para la salud. 

• La ingesta calórica debe estar equilibrada con el gasto calórico. Para evitar un aumento de peso poco saludable, las grasas no deben superar el 30% de la ingesta calórica total. 

• Limitar el consumo de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total forma parte de una dieta saludable. Para obtener mayores beneficios, se recomienda reducir el consumo a menos del 5% de la ingesta calórica total. 

• Mantener la ingesta de sal por debajo de 5 gramos al día (lo que equivale a menos de 2 gramos de sodio al día) ayuda a prevenir la hipertensión y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares en la población adulta.