El grupo colectivo Madres Buscadoras denuncio el hallazgo de al menos 56 cuerpos en un paraje aislado de la costa. Aunque hasta ahora la fiscalía no da detalles, se dice que una familia que fue a buscar leña en diciembre dio aviso de alarma

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El día 13 de diciembre, una familia se proponía a buscar leña al paraje El Choyudo, en la costa de Sonora, ubicada en el norte de Mexico, dicen que al subir a su vehículo cayeron en una especie de hoyo, quedándose atorados y hundidos. Trataron de acelerar para salir de ahí, pero algo quedo enganchado en la llanta, parecía ser un manojo de pelo largo, al observar mejor, se dieron cuenta que se trataba de el cabello de una mujer

“La fosa estaba cerrada, pero la tierra estaba blanda y la rueda se cayó”, cuenta Cecilia Flores, del colectivo Madres Buscadoras, de Sonora. “Al querer sacar la camioneta, sacaron el cabello de la mujer entre las llantas”, añade. Flores contaba a EL PAÍS este lunes el principio del último horror en México, los prolegómenos del hallazgo de la última red de fosas clandestinas que ha aparecido en el país, en estos tiempos de guerras localizadas. Hasta este lunes, cuenta por teléfono desde Hermosillo, han aparecido ya 56 cuerpos, en 33 fosas, uno de los cementerios más grandes ubicados en los últimos años

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No se había escuchado hasta la fecha que los criminales usaran los parajes de El Choyudo como un panteón clandestino, asegura Flores, que sufre la ausencia de dos hijos, desaparecidos, uno en 2015, cerca de Los Mochis, en Sinaloa, y el otro en 2019, no muy lejos de El Choyudo. El mismo 13 de diciembre, Flores y sus colegas llegaron al paraje. Ya era por la tarde, así que no tuvieron tiempo de mucho. Aún así, dieron con cuatro fosas

De momento, la Fiscalía de Sonora ha mantenido un silencio discreto. Cuestionado por este diario, un vocero de la dependencia ha reconocido que están trabajando en la zona, pero que de momento no tienen más información para compartir, ni número mínimo de víctimas, ni su posible origen, nada. Extraña la posición de la Fiscalía, dada la apertura de Flores, que, más allá de las cifras, ha informado del hallazgo de “cuatro o cinco identificaciones” de la zona de Guaymas, al sur de El Choyudo

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México vive una crisis de violencia desde hace casi 20 años. La proliferación de grupos delictivos, cada vez más pequeños y mejor armados, somete amplios territorios del país a una guerra de baja intensidad, siempre latente. A veces, la vida transcurre con cierta normalidad, si es que las andanadas extorsivas de los grupos permiten algo parecido. Pero otras, la guerra revienta en enfrentamientos a balazos, secuestros masivos, etcétera. Cementerios clandestinos como el de El Choyudo -o antes en Puerto Peñasco, Sonora, o los de Colinas de Santa Fe y Arbolillo, en Veracruz, o muchos otros en muchas regiones del Estado- son una muestra de la guerra. En todo México, el Gobierno cuenta miles, más de 5.500 hasta finales del año pasado