Internacional
35 golpes a las redes de tráfico sexual entre Tlaxcala y Nueva York
De Tenancingo a Nueva York: al menos 35 padrotes y madrotas han caído en los últimos cuatro años. Secuestraban, traficaban y prostituían a niñas y jóvenes, en complicidad con policías y polleros estadounidenses.
Las autoridades estadounidenses han logrado dar un golpe al epicentro de las redes de tráfico sexual de mujeres mexicanas. Las bandas desarticuladas operaban principalmente en la ruta de Tenancingo a Nueva York, pero también lograron incursionar en burdeles de otras ciudades norteamericanas.
Según documentos del Departamento de Justicia consultados, en los últimos cuatro años al menos 35 padrotes y madrotas han sido procesados por secuestro, tráfico y prostitución de niñas y jóvenes de origen mexicano. Muchos de estos traficantes tenían su base en Tenancingo, una ciudad del estado de Tlaxcala conocida como la capital del tráfico sexual de mujeres.
Los testimonios de varias supervivientes revelan el modus operandi de estas mafias criminales: las enamoraban, las embarazaban y luego las amenazaban con que si no se prostituían en Estados Unidos, harían daño a los niños que se quedaban en México en las casas de las familias de los traficantes.
En connivencia con redes de contrabandistas, la policía estadounidense y las familias de las víctimas, las retuvieron en residencias de estados como Nueva York, Georgia, Nueva Jersey y Connecticut. Numerosas historias han empezado a acumularse en las estanterías de los tribunales estadounidenses, donde se leen testimonios como éste: “Ella declaró que no quería trabajar como prostituta y fue entonces cuando el acusado se puso violento. Fue entonces cuando su hermana también la presionó, e incluso le mostró cómo debía prostituirse. Fue ella quien le proporcionó los datos de contacto de los conductores que las llevaban (a prostituirse). La amenazaron con hacer daño a su hijo”, dice uno de los documentos.
Otro testimonio: “La dejó embarazada y luego la convenció para que se fuera a Estados Unidos con la promesa de una vida mejor. Le dijo que ella debía ir primero y que luego él se uniría. Ella llegó y entonces él le dijo que no tenía dinero y que para pagar su entrada a Estados Unidos debía trabajar como prostituta, si no lo hacía y le enviaba el dinero no volvería a ver a su hijo. Fue la hermana de la acusada quien le enseñó a prostituirse”.
Las operaciones de las redes de tráfico siguen activas y operan desde México hasta Estados Unidos, y según las autoridades el objetivo final es reunir a estas mujeres con los niños que les han sido arrebatados por sus traficantes, que las mantienen atadas a ellos.
