Día mundial del Síndrome de Tourette: ¿Estas son sus características?

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que se caracteriza por la presencia de tics motores y vocales involuntarios y repetitivos. Aunque se ha hablado mucho sobre este síndrome en los últimos años, todavía hay muchas personas que desconocen sus síntomas y consecuencias.

El síndrome de Tourette afecta a alrededor del 1% de la población mundial, siendo más común en niños y adolescentes. Los tics pueden variar en intensidad y frecuencia, y pueden ser simples o complejos. Los tics simples son movimientos o sonidos breves, como parpadear o carraspear, mientras que los tics complejos son movimientos o sonidos más elaborados, como saltar o decir palabras obscenas.

Aunque los tics pueden ser molestos e incómodos para la persona que los padece, no suelen ser peligrosos para su salud física. Sin embargo, el síndrome de Tourette puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas que lo padecen, especialmente en su vida social y académica.

Las personas con síndrome de Tourette pueden experimentar discriminación y estigmatización debido a sus tics, lo que puede llevar a problemas de autoestima y aislamiento social. Además, los tics pueden interferir con el aprendizaje y la concentración en la escuela, lo que puede afectar el rendimiento académico.

Aunque todavía no se conoce la causa exacta del síndrome de Tourette, se cree que está relacionado con una disfunción en el sistema nervioso central. Los estudios han demostrado que hay una mayor actividad en ciertas áreas del cerebro en las personas con síndrome de Tourette, lo que puede contribuir a la aparición de los tics.

El síndrome de Tourette también puede estar relacionado con otros trastornos neurológicos, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). De hecho, se estima que alrededor del 60% de las personas con síndrome de Tourette también tienen TOC y/o TDAH.